¿Qué es el "ikigai"? dándole una vuelta más al sentido de vida
- Fernanda Ossandón
- 26 feb 2024
- 7 Min. de lectura
El "ikigai" -“iki” (生き) vivir o vida, y “gai” (甲斐) razón o valer la pena - es un concepto japonés para referirse a los placeres y al sentido de la vida. De acuerdo a la cultura japonesa todos tenemos nuestro "ikigai", el cual lo encontramos mediante una profunda y paciente búsqueda en nosotros mismos. Es un concepto "transparente" en la sociedad japonesa, no es algo de lo que se hable cotidianamente según lo conversaba con una amiga, sino que es parte de su cultura. El objetivo es encontrar placer, y satisfacción personal en las actividades cotidianas, encontrando una fuente de valor e inspiración que impregne varios aspectos de nuestra existencia.
A mi juicio este concepto nos invita a darle sentido y consciencia a la consecución de actos del efímero presente, como "sentir el aire fresco por las mañanas, u observar cómo un rayo de sol se cuela entre las hojas de los árboles (en japonés “komorebi”), es un término que para mi invita a volver a la base de los detalles de la vida misma transmitiendo a su vez otros conceptos inherentes a la cosmovisión japonesa.
Ikigai como un enfoque integral: más allá de la rentabilidad
El ikigai es interpretado en castellano también como "la razón por la que nos levantamos en la mañana", esta "razón" puede manifestarse en distintos aspectos de nuestra vida, y no solo en el ámbito laboral como a menudo se utiliza en occidente este concepto, que puede ser de gran ayuda para algunos, sin embargo, a mi juicio reduce el concepto a una vida enfocada en la rentabilidad de nuestras pasiones, en vez de verlo como un "motor de vida" que tiñe de sentido el día a día de nuestra existencia.
El alma del ikigai NO está solo en una persecución futura de una meta en particular, sino en la suma de actividades y experiencias que se dan en nuestras vidas, ayudándonos a ser más conscientes del presente y al proceso que fluye a través y entorno de la búsqueda o cuidado de nuestro ikigai.
La modernidad: ansiedad y el olvido de nuestros valores
Hoy estamos en un mundo donde vivimos con gran cantidad de estímulos, exceso de información, y donde nuestro valor como personas está determinado básicamente por el éxito profesional, que como consecuencia hemos de sentir grandes dosis de presión, altos niveles de ansiedad, e hiperactividad, separándonos muchas veces de las cosas que realmente son importante para nosotros, como aquello que queremos cuidar, la riqueza del tiempo tiempo presente, e incluso olvidándonos de cuestionar nuestros valores y creencias, que son la guía que puede ayudarnos a crear una vida más rica de sentido y más coherente con lo que devenimos ser.
El ikigai y la pausa como elemento clave para conferirle sentido a tu vida
En este contexto, la pausa y la reflexión se convierten en un elemento esencial, una oportunidad para explorar el sentido y el propósito de nuestras vidas, así como de las decisiones que tomamos. Al vivir en un entorno en movimiento, el cambio es parte de nuestro existir, por lo que la reflexión se convierte en un estilo de vida más que en un evento particular, es una invitación a tener una vida más contemplativa, donde seamos soberanos de nuestra atención, y menos marionetas de la tecnología, que junto con la constante comparativa con otros, nos ha llevado a sentir una profunda carencia de sentido, donde aspiramos y deseamos constantemente nuevos impulsos y maneras de "ser", llevándonos a un sentir de más necesidades que satisfacciones.
Dándole una vuelta al ikigai planteado en occidente
Es por todo lo anterior que para mí el oncepto de ikigai de la cultura japonesa, cobra el mayor de los sentidos. Siempre he escuchado en occidente un modelo sobre ikigai que se adapta a seguir haciendo más de lo mismo, finalmente es rentabilizar tus pasiones:

Según este modelo en la intersección de los 4 elementos, es donde se encuentra tu ikigai. Es un modelo que puede ayudar a muchos sin duda, especialmente a encontrar una coherencia entre el ser y hacer en el ámbito laboral y económico, pero la vida tiene muchos más aspectos, tiempos y sensibilidades, y creo que este modelo genera la pérdida de la riqueza y belleza contemplativa que enamora de la cultura japonesa. Me lleva a preguntarme, sin la rentabilización ¿quién estoy siendo? ¿cuál es mi valor? ¿para qué levantarme todas las mañanas?, sin encontrar aquello que me apasiona ¿qué sentido tiene mi vida?.
Para mí este modelo es de gran presión, y de gran positividad y simpleza, cuando la vida no siempre es en positivo, también requerimos de los negativos, sin ello lo positivo no existiría. Dado que el ser humano y su experiencia es compleja y diversa, el reducir el ikigai solo a un modelo que sustenta el sentido de vida en la rentabilidad, es aportar en incrementar más de lo mismo: altos niveles de ansiedad y depresión en una sociedad que ya está cansada de rentabilizar su existencia.
Estamos corriendo el riesgo nuevamente de caer en una “libertad paradójica” como plantea el filósofo moderno Byung-Chul Han, en su ensayo “La sociedad del cansancio” quién hace referencia al ser humano post moderno:
“El exceso de trabajo y rendimiento se agudiza y se convierte en autoexplotación. Esta es mucho más eficaz que la explotación por otros, pues va acompañada de un sentimiento de libertad. El explotador es al mismo tiempo el explotado. Víctima y verdugo ya no pueden diferenciarse. Esta autorreferencialidad genera una libertad paradójica, que, a causa de las estructuras de obligación inmanentes a ella, se convierte en violencia. Las enfermedades psíquicas de la sociedad de rendimiento constituyen precisamente las manifestaciones patológicas de esta libertad paradójica.”
La inminente importancia de cuestionarse y profundizar en el ikigai planteado en occidente, “esa razón por la que nos despertamos todas las mañanas” ¿es una persecución de un sentido de vida “rentable” que nos lleva a la realización personal, o hacia una “libertad paradójica” que nos lleva a mayor presión auto explotándonos para sentirnos más plenos y autorrealizados “algún día”? o ¿es un conferirle sentido a la vida abordando todos sus matices, detalles y presencia?. Verlo desde un único enfoque puede llevarnos a una constante búsqueda de rendimiento y productividad, ignorando el valor intrínseco de las experiencias que dan color a nuestra vida cotidiana.
Un Ikigai más integral, para conferirle sentido a tu día a día
No deja de ser un aporte y un interesante modelo guía el presentado recién, sin embargo la invitación es llevar el concepto nuevamente a su origen, y situarlo a un estado de vida más contemplativo, donde la suma de las pequeñas alegrías cotidianas resulten en una vida más plena. Integrando este concepto y su sabiduría como una herramienta y guía que nos ayude a hacernos responsables de nuestra existencia en el mundo, a ser soberanos de nuestra vida, y darnos cuenta de que el ikigai no es algo dado por alguna divinidad, o algo de que nuestro sentido de vida depende de ser “rentables”, sino que depende de nuestro accionar y de un profundo proceso de autoexploración. Siendo en este camino que necesitaremos también “de lo negativo” pausas, silencios, y aburrimiento, para que surja lo nuevo y auténtico.
Ikigai y sentido de vida
Esta "razón de vivir" llenémosla de la contemplación y disfrute de aquellas pequeñas alegrías cotidianas, que nos ayudan a vivir más plena, presente y auténticamente, aportando a nuestra vida un propósito y coraje para seguir adelante. Y que el “propósito” y “fin último”, poco alcanzable que buscamos en occidente, sentido como "si quisiéramos alcanzar algo que nunca llegamos a tocar", no se traduzca en olvidarnos de apreciar la sonrisa de quienes nos rodean, la contemplación del cambio de estación, el olor que tanto nos gusta, el abrazo de un ser querido, el sonido de la lluvia, y cada proceso que es parte del camino de aquello que quieres lograr y de tu vida. Sé un agente activo y confiérele sentido a tu vida cada día.
"El ser humano solo puede realizarse a s mismo en la medida en que se compromete también con el sentido de su vida" -Viktor Frankl
¿Cuál es el primer paso que harás para hacer tu vida más “rica de ikigai”?
Para conocer un poco más sobre la cultura japonesa y acercarte a un concepto más autóctono de "ikigai", te recomiendo el libro de Ken Mogi, "Ikigai esencial".
Tips para conectar con tu "Ikigai"
Autorreflexión: Genera un espacio introspectivo para ahondar en tu autoconocimiento, y cuestionar tu manera de observar el mundo. Puedes leer sobre otras culturas, sobre filosofía, y profundizar en temáticas que te hagan sentido y las que no tanto, para que comiences a formar una manera auténtica de observar el mundo, y así deconstruir para construir tus valores, y encontrar tu manera coherente de contribuir en el mundo. Para estos espacios de reflexión puedes construir tus propios rituales.
Experimentación: Prueba cosas nuevas, sal de tu zona de confort y experimenta la vida, a través de experiencias que te pueden ayudar a encontrar disfrutes que te hagan sentido.
Conexiones Humanas: Somos seres sociales, nos nutrimos en la conexión con otros y aprendemos de ellos. En este vínculo y danza social puedes experimentar conexiones que le den un propósito adicional a tu vida, hazlos parte de tu experiencia y enriquece tu manera de mirar el mundo.
Y no olvides que una profunda autoexploración es clave para identificar esas “pequeñas alegrías cotidianas”, y y que los seres humanos somos esencialmente seres lingüísticos, lo que significa que la forma en que utilizamos el lenguaje tiene un impacto profundo en cómo experimentamos y construimos la realidad, por lo que el sentido de la vida es algo que construimos a través de nuestras conversaciones, nuestras creencias y nuestras acciones.
En este camino de autoexploración me sentiría honrada de acompañarte. Te invito a que co-construyamos un espacio reflexivo y profundo que te permita transformar tus emociones en herramientas para tu crecimiento personal, autoconocimiento y amor propio. Agenda una sesión gratis para conocernos aquí.
Con cariño
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